Aunque sientas el cansancio; aunque el triunfo te abandone; aunque un error te lastime; aunque un negocio se quiebre; aunque una traición te hiera; aunque una ilusión se apague; aunque el dolor queme los ojos; aunque ignoren tus esfuerzos; aunque la ingratitud sea la paga; aunque la incomprensión corte tu risa; aunque todo parezca nada; ¡VUELVE A EMPEZAR!

Cuando callas...


Cuando callas, también hablas de ti mismo.

Cuando callas un secreto, conozco tu fidelidad de amigo.

Cuando callas tu propio dolor, conozco tu fortaleza.

Cuando callas ante el dolor ajeno, conozco tu impotencia y tu respeto.

Cuando callas ante la injusticia, conozco tu miedo y tu complicidad.

Cuando callas ante lo imposible, conozco tu madurez y tu dominio.

Cuando callas ante la estupidez ajena, conozco tu sabiduría.

Cuando callas ante los fuertes y poderosos, conozco tu temor y tu cobardía.

Cuando callas ante lo que ignoras, conozco tu prudencia.

Cuando callas tus propios méritos, conozco tu humildad y tu grandeza.

El silencio es el templo donde el sabio medita,
la cárcel de la que huye el necio
y el refugio donde se esconde el cobarde.



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Piensa en los que no tienen qué comer cuando rechaces tu comida