Aunque sientas el cansancio; aunque el triunfo te abandone; aunque un error te lastime; aunque un negocio se quiebre; aunque una traición te hiera; aunque una ilusión se apague; aunque el dolor queme los ojos; aunque ignoren tus esfuerzos; aunque la ingratitud sea la paga; aunque la incomprensión corte tu risa; aunque todo parezca nada; ¡VUELVE A EMPEZAR!

La vasija con rajaduras

Cuenta la leyenda india
que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea
usando dos grandes vasijas,
sujetas en las extremidades de un pedazo de madera
que colocaba atravesado sobre sus espaldas.

Una de las vasijas era más vieja que la otra,
y tenía pequeñas rajaduras;
cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa,
la mitad del agua se perdía.

Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto.
La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño,
y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión
para la cual había sido creada, mientras que la otra
se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea,
aun sabiendo que aquellas rajaduras
eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.

Estaba tan avergonzada que un día,
mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo,
decidió hablar con él:

-Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso,
sólo consigues entregar la mitad de mi carga,
y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.

El hombre sonrió y le dijo:
-Cuando regresemos, por favor observa cuidadosamente el camino.
Así lo hizo.
Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba,
crecían muchas flores y plantas.

-¿Ves como la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres?
–comentó el hombre-.
Siempre supe que tú tenías rajaduras,
y resolví aprovechar este hecho.
Sembré hortalizas, flores y legumbres, y tú las has regado siempre.
Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa,
alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas.
Si tú no fueras como eres,
¿cómo podría haberlo hecho?






"Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas.
Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.



Autor: Paulo Coelho.)

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