Aunque sientas el cansancio; aunque el triunfo te abandone; aunque un error te lastime; aunque un negocio se quiebre; aunque una traición te hiera; aunque una ilusión se apague; aunque el dolor queme los ojos; aunque ignoren tus esfuerzos; aunque la ingratitud sea la paga; aunque la incomprensión corte tu risa; aunque todo parezca nada; ¡VUELVE A EMPEZAR!

Dame calma, Señor !

Déjame sentir la honda paz, presente en cada experiencia, la armonía de vivir. Dame calma Señor, de manera que pueda entrar en la paz de mi corazón. Dame paz de manera que vea la bendición escondida en todas las cosas. Guárdame de palabras ociosas y vanas fantasías. Calma la carrera de mi mente para que mis pensamientos tengan la claridad y movimiento fácil del fresco aire que respiro. Busco la serenidad de un lugar tranquilo, la fuerza de un roble, el inmutable y sólido poder de las montañas. Dame calma Señor, para que pueda emplear tiempo en gozar la paz y la belleza que has creado a mi alrededor. Necesito tiempo para pensar, tiempo para considerar soluciones a problemas; tiempo para convertir mi ser interno y mi vida en amor y orden divino. Dame calma Señor, es mi oración y mientras rezo, siento que más me aquieta tu presencia, siento la suavidad de tu mano en la mía, estoy tranquilo, estoy quieto, estoy en paz. Gracias Padre, que me oíste.

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Para reflexionar


Piensa en los que no tienen qué comer cuando rechaces tu comida