Aunque sientas el cansancio; aunque el triunfo te abandone; aunque un error te lastime; aunque un negocio se quiebre; aunque una traición te hiera; aunque una ilusión se apague; aunque el dolor queme los ojos; aunque ignoren tus esfuerzos; aunque la ingratitud sea la paga; aunque la incomprensión corte tu risa; aunque todo parezca nada; ¡VUELVE A EMPEZAR!

Discúlpeme pero NO.

No me hace falta una moda para mi identidad,
me visto de sincero y no me queda tan mal,
y traigo a la medida mi autenticidad.


Discúlpeme pero NO.
No me hace falta el dinero para saber quien soy,
soy libre como el viento y eso me hace feliz; muy feliz. ¿Qué, a usted no?


Discúlpeme pero no.
No me hace falta una regla para con Dios hablar,
somos muy amigos y nos gusta variar,
y nos da buen resultado la sinceridad.

Discúlpeme pero no.
No me hace falta un permiso para ponerme a amar,
de eso sí me sobra y lo quiero entregar
sin calcular y sin esperar.


Los hombres se complican mucho
uniendo tonterías en una verdad,
a todo ponen condiciones
y ya nadie es libre si quiere amar.

Levánta tus alas, vuela,
date cuenta de que todo es vanidad,
y lucha por tu dignidad.

Discúlpeme pero NO.
No me hace falta una prueba de virilidad, el tiempo me ha enseñado
que un hombre es aquel que se conquista y saber ser fiel.

Discúlpeme pero NO.
No me hace falta un aplauso para sentirme bien...
sólo aquel que es inseguro necesita disfrazar
con un montón de alagos su inseguridad.

Discúlpeme pero NO.
No me hacen falta fronteras, odio la división,
soy ciudadano del mundo... simplemente soy yo.

Si eso le molesta... discúlpeme por favor.


Martin Vlaverde

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