Aunque sientas el cansancio; aunque el triunfo te abandone; aunque un error te lastime; aunque un negocio se quiebre; aunque una traición te hiera; aunque una ilusión se apague; aunque el dolor queme los ojos; aunque ignoren tus esfuerzos; aunque la ingratitud sea la paga; aunque la incomprensión corte tu risa; aunque todo parezca nada; ¡VUELVE A EMPEZAR!

ABUNDANCIA

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En la tercera dimensión, la conciencia de pobreza es endémica. Las personas constantemente está pensando, hablando y actuando como si fueran pobres y carecientes. Están afirmando la pobreza. Los medios se suman a esta situación enfocándose en el miedo y la pérdida, y así confirman la creencia que está en el inconsciente colectivo de que somos víctimas impotentes en un mundo terrible. Como resultado, muchas personas en este mundo crean una realidad física de pobreza.
Para poder vivir en la quinta dimensión y luego ascender, debemos abrazarnos a una conciencia de abundancia.

Esto significa respirar, pensar, hablar y actuar como amados hijos de Dios, sabiendo que siempre vamos a ser apoyados.

La conciencia de pobreza viene de votos de pobreza en vidas pasadas, de creencias inconscientes respecto de que no somos merecedores de algo o de un condicionamiento dado por la sociedad, acerca de que es imposible y no espiritual ser abundantes. La verdad reside justo en lo opuesto


Dios quiere que todos vivamos en abundancia.
La abundancia fluye con el amor, la felicidad, la prosperidad y el éxito, todo lo cual da como resultado una buena y vibrante salud.

Prosperidad no es tener dinero en el banco, guardándolo por miedo a que te lo quiten o que no vaya a haber lo suficiente. Eso demuestra que el dinero tiene poder (maestría) sobre nosotros.

Prosperidad es tener en abundancia, sabiendo que vendrá más. La conciencia de la prosperidad es creer que siempre va a haber en abundancia y pensar, hablar y actuar sobre esa premisa. Así tenemos poder (maestría) sobre el dinero.

Amor no es aferrarse a las amistades y relaciones románticas, o manipulear o chantajear a otros para que permanezcan junto a ti. No es hacer que otras personas sean dependientes de ti para que no te dejen, o agradar a otros para que te quieran. El amor es ser leal contigo mismo y disfrutar de tus relaciones, de tu pareja, tu familia, tus hijos y amigos, dejándolos libres, sabiendo que siempre habrá personas que te amen. Es amar incondicionalmente a la gente. También es amarte a ti mismo y sentirte cómodo con tu propia compañía.

El éxito no es siempre mirar y buscar el reconocimiento exterior y cosas materiales. Es un sentimiento de plenitud y auto-merecimiento, de paz, alegría y satisfacción.
La felicidad no depende de cómo te trata otra gente. La felicidad es una sensación de liviandad y alegría internas.

La abundancia fluye como resultado de tus pensamientos y acciones. Suelta el miedo de que no haya lo suficiente. Hay en abundancia para todos.


Si regalas algo mientras piensas: “Siempre lo estoy ayudando”, o “Siempre pago”, lo que haces es retener. La generosidad es una cualidad de la quinta dimensión; significa dar libremente desde tu corazón, y esto asegura que fluirá más todo hacia ti.
¿Les darías más a otros si confiaras en que te entrara más? Entonces da desde tu corazón y esto sucederá.

El amor incondicional es, por supuesto, una cualidad de la quinta dimensión. Significa aceptar a la gente exactamente como es, sin juzgarla. Reconocer lo bueno en los demás. Es compasión, empatía y entendimiento. El amor genuino tiene una cualidad tan magnética que cualquiera que lo esté irradiando atrae a otra gente a su alrededor.
¿Dejarías a alguno de tus amigos o aun a tu pareja si supieras que ese vacío sería llenado por personas de una vibración superior? Tu trabajo, tus entretenimientos, tu hogar, ¿te satisfacen plenamente? ¿Te traen una sensación de alegría y plenitud? ¿Hay algo en tu vida que cambiarías si supieras que algo mejor te llegaría? El miedo que te tiene atrapado en lo viejo está bloqueando tus canales de abundancia.
Tal como un río fluye incesantemente, así la Ley del Fluir asegura que no haya vacíos en la vida. Si dejas que algo o alguien se vayan, cosas y personas nuevas toman su lugar, aunque puede haber un período de espera. Naturalmente, si dejas algo y continúas enviando los mismos mensajes subliminales, recibirás las mismas viejas condiciones. Sin embargo, si te has liberado de algo de una vibración más baja, algo nuevo y mejor te llegará automáticamente.

Una joven que había estado pasando por una serie de trabajos horribles con jefes difíciles y autoritarios, y varias relaciones desmoralizadoras, decidió ocuparse de su propio crecimiento personal y espiritual. Luego de dos años de labor consigo misma tenía un trabajo donde su jefe y sus colegas eran personas serenas y agradables, y lo que es más importante, la valoraban y respetaban. Su nuevo novio era tierno, sabio y cuidaba de ella. Sin embargo, le aburría su ocupación.

Me dijo que estaba buscando un nuevo trabajo y que se sentía muy confiada: “Sé que ahora domino el viejo patrón y, ya que esta vez he atraído hacia mí, personas tan lindas con quien trabajar, puedo hacer lo mismo de nuevo. Ahora siento que puedo avanzar hacia una tarea que me haga sentir más plena.

“Claramente sabía que había aumentado sus vibraciones y estaba lista para atraer un trabajo más “abundante”.

Abundancia es decidir lo que queremos y tener totalmente claro qué es lo que merecemos.

La abundancia es dar con los pensamientos, las palabras, las emociones y las acciones correctas. También es recibir con los pensamientos, las palabras, las emociones y las acciones correctas. Porque la Ley del Fluir dice que no podemos hacer uno sin lo otro; en caso contrario, bloqueamos el río de la abundancia.

En la tercera dimensión, aquello que entregamos, de alguna forma retorna a nosotros

En la cuarta dimensión, lo que damos vuelve multiplicado por tres. En la quinta dimensión, lo que damos vuelve multiplicado por diez.

La Ley del Retorno Multiplicado por Diez

Lo que demos desde el corazón se nos devuelve, de alguna forma, multiplicado por diez. Puede que regalemos una comida y otra persona nos dé un libro. Tal vez le entreguemos dinero a alguien y recibamos unas vacaciones de otra. Quizás le demos una mano a alguien y otra persona nos cuide de alguna forma en especial.

Nunca esperes reciprocidad de la persona a quien le diste. ¡Niega la Ley de la Abundancia! Y acepta todo lo que viene a ti, abiertamente, con una sensación de merecimiento y gratitud.

Así es como tienes la llave a una mayor “riqueza”, mayor de la que te puedas imaginar. Eres un Maestro, porque estás operando la Ley del Retomo Multiplicado por Diez. Esta ley, como todas las otras leyes espirituales, es exacta.

Lo que das desde tu corazón sin tomar en cuenta el costo, se te devuelve de alguna forma, multiplicado por diez

Para poder vivir en abundancia, naturalmente debemos amarnos y darnos a nosotros mismos. Si les damos sólo a otros y no a nosotros, es hora de cuestionar nuestros motivos. Por lo general, estamos compensando nuestra carencia de amor y auto-merecimiento y, naturalmente, esto impide que la ley funcione. Por lo tanto, no des de más a otras personas. Mantén un equilibrio entre dar y recibir.

Si te enojas porque estás manteniendo a alguien, espera un momento y mira profundamente dentro de ti. ¿Estás rescatando a esa persona? En otras palabras, ¿eres codependiente emocionalmente? ¿O estás honrando un acuerdo o un compromiso de una vida pasada?

Por ejemplo, yo creo que Vincent Van Gogh y su hermano deben haber hecho un contrato antes de reencarnar, de que el hermano sería el sostén económico de Vincent para que él pudiera entregar sus increíbles cuadros al mundo; entiendo que sus cuadros resuenan con la vibración de la conciencia del Cristo, de ahí su permanente vigencia.

Inconscientemente puede que “recordemos” que hemos hecho un contrato de vidas pasadas para ayudar a alguien en algún momento. Si no cumplimos las promesas, los contratos y los compromisos hechos en esta vida o en una existencia anterior o aun los concertados entre nuestros Sí mismos Superiores, atraeremos frustración, desilusión y pérdida a nuestra vida. Cuando honramos estas promesas, se nos recompensa diez veces.

Una amiga mía ayudó a un hombre durante un período muy traumático de su vida. Lo llevó a su casa, lo cuidó física y económicamente. Pero de vez en cuando se sentía enojada con esta situación, porque tenía miedo de que no le alcanzase para los dos. Le disgustaba tener siempre que pagar por él. Solían presentársele problemas con sus negocios.

Gradualmente noté que su actitud hacia él empezó a cambiar de manera sutil. Me dijo que ya no le importaba mantenerlo económicamente, porque se había dado cuenta de cuánto la apoyaba él en el nivel emocional. Al hacer ella este cambio, sus negocios empezaron a prosperar.

Ella había respetado automáticamente un compromiso de vidas pasadas con él, pero desde un enfoque erróneo. Mientras hacía esto, sus negocios estaban detenidos y sufrían pérdidas. Ahora que honraba el contrato desde su corazón, había activado la Ley del Retorno Multiplicado por Diez.

Observa la manifestación de las Leyes de Abundancia en tu vida porque es una llave para el crecimiento espiritual.
Piensa en los Iluminados que eligieron vidas de abundancia y poder. Kuthumi fue Pitágoras y el emperador de la India Shah Jahan, quien construyó el Taj Mahal. Serapis Bey fue el faraón Akhenatón. Monka fue el jefe de la civilización incaica. El Morya fue el rey Salomón. Cuando Jesús era José, fue gobernador de Egipto.

Una vez que lograron el poder sobre las Leyes del universo, eligieron encarnar en posiciones de abundancia y poder para que pudieran influir directamente en la vida de millones de personas.

Cuando los colaboradores de la Luz en todas partes tengan dinero y poder, el mundo se transformará con rapidez.

Ejercicio: Visualización de abundancia.

Relájate.
Abre tu corazón.
Visualiza que alguna persona que no quieras está recibiendo exactamente lo que él o ella más desea.
Visualiza que alguna persona que amas está recibiendo todo lo que él o ella quiere.
Visualízate a ti mismo recibiendo todo cuanto quieres.
Recuérdate a ti mismo que mereces esto y que mereces también disfrutarlo.

TOMADO DE Libro de Diana Cooper
COMPARTIENDO CON AMOR.

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Piensa en los que no tienen qué comer cuando rechaces tu comida