Aunque sientas el cansancio; aunque el triunfo te abandone; aunque un error te lastime; aunque un negocio se quiebre; aunque una traición te hiera; aunque una ilusión se apague; aunque el dolor queme los ojos; aunque ignoren tus esfuerzos; aunque la ingratitud sea la paga; aunque la incomprensión corte tu risa; aunque todo parezca nada; ¡VUELVE A EMPEZAR!

Qué cercano tiene el hombre la debilidad y la fragilidad

En nuestra andadura histórica necesitamos apoyos para caminar y no naufragar en nuestros pasos.

No son suficientes alforjas materiales que dan seguridad y estabilidad pero que no satisfacen de manera plena al alma.

Cuando parece todo tranquilo y la satisfacción se ancla en nuestro entorno, aparece la sombra del temor.

¡Qué cercano tiene el hombre la debilidad y la fragilidad! ¡Qué pequeño es el hombre en su grandeza y qué grande es el hombre en su pequeñez!

Y aunque en el horizonte se vislumbra el “ocaso de Dios”, en el fondo en el corazón del hombre afloran deseos de bondad, de belleza, de justicia y perfección; elementos que hablan por sí mismos de que el hombre busca a Dios, el Totalmente Otro, sin saberlo ni esperarlo.

Y bien saben los creyentes que “nada está vacío de su presencia, todo es señal de Él”

No hay comentarios:

Pensamientos y reflexiones,

Para reflexionar


Piensa en los que no tienen qué comer cuando rechaces tu comida